Por : Freddy Uquillas Granados Sabía que era la última vez que lo vería. Fue una mañana bien temprano cuando salí de la casa, mientras él dormía y no quise despertarlo para despedirme. Definitivamente esa escena, me ha marcado para toda la vida y alimenta mi tristeza y mi sentimiento de culpa. No sabemos nada de la vida. Sólo dejamos que los hechos ocurran y luego revivir en los recuerdos. Así como revivo en los recuerdos de mi amado padre Fabián. Solíamos coincidir en muchas ocasiones, a la salida de nuestras habitaciones. Yo por un lado, rodaba la puerta panorámica de vidrio y me sentaba en la butaca del pasillo. Y él por el otro, cerraba la reja de su cuarto y se acercaba hasta el pequeño recibo y se sentaba en otra butaca a mi lado. Era generalmente en la mañanas, con el canto de los pájaros de fondo y una deslumbrante vista a la verde montaña, donde se observaba una carretera por donde transitaban los carros que iban al campo. Todo era muy espontáneo. Y extremadamente agradable re...
Por: Freddy Uquillas Granados Era reconocida como La Doctora, Doña Lucía, la señora Lucy, mana Lucía, la Tía Lucy, Mamá Lucy; en conclusión era esa mujer respetada, de pocos amigos, chistosa, de buen carácter y una excelente madre que lo dio todo por sus hijos. Ella era mi mamá y yo era su hijo más pequeño, el consentido y el tercero luego de Fabiola, mi hermana mayor y de Fabián, el sandwich o el más travieso de la familia. Lo cierto es que recuerdo a esa madre superprotectora, como una gallina que cuida a sus pollitos. Por lo menos, hasta los 14 ó 15 años de edad, estuve bajo ese sabroso yugo materno, el cual disfruté, aunque suene un poco masoquista. Como buena signo Tauro, tenía su carácter y le gustaban las cosas bien hechas, tanto así que me hablaba muy fuerte cuando algo le molestaba, pero debo confesar que nunca jamás llegó a pegarme. La Doctora era farmacéutica de profesión, egresada de la Universidad Central de Venezuela, grado académico que se enorgullecía al deci...